• La OMS advierte que las personas que enfrentan a situaciones de desastres o emergencias tienen un mayor riesgo de automedicación o de aumentar el consumo de alcohol y otro tipo de drogas.

Según la Organización Mundial de la Salud, episodios de pérdidas, situaciones de incertidumbres y otros eventos de estrés relacionados con algún evento traumático, incrementa los riesgos de que las personas sufran algún problema de salud mental. 

La OMS ha advertido sobre la posibilidad de sufrir trastornos reactivos asociados a cuadros depresivos y ansiedad, y estrés post traumático, pero también la posibilidad de incurrir en conductas de riesgo, el consumo de drogas ilícitas o aumentar el uso de alcohol o tabaco.

«Las víctimas están en riesgo de automedicación con drogas de prescripción y/o uso de alcohol y sustancias ilícitas para hacer frente al sufrimiento y el estrés», señala el organismo en su Guía Técnica de Salud Mental en Situaciones de Desastres y Emergencias.

De acuerdo a la última Encuesta Nacional de Salud del Ministerio de Salud (2017), el 58% de los chilenos consumió a lo menos un medicamento al día. En tanto, el Estudio de Drogas en Población General de SENDA (2018), el 4,2% de la población consumió tranquilizantes sin receta médica y el 2,3% usó analgésicos sin prescripción.

Drogas y automedicación

Los estudios indican que la prevalencia de trastornos a la salud mental, como una depresión o la ansiedad de carácter ligera o moderada, pueden aumentar de cinco o diez puntos porcentuales producto de situaciones como la que está transitando Chile. 

Las investigaciones sugieren que, aunque las mujeres suelen tener una mayor prevalencia de trastornos de ansiedad tras episodios de conmoción, el consumo de alcohol, tabaco y otras tipo de drogas es mayor en varones.  Con relación a las sustancias, el consumo de marihuana se registra de forma similar en ambos sexos, sobre todo en los grupos más jóvenes, mientras que sustancias como la cocaína y pasta base, son predominantemente en hombres.

Respecto a la automedicación, algunos estudios han señalado que tras el terremoto de febrero de 2010, el consumo de ansiolíticos y antidepresivos, como diazepam, alprazolam o clonazepam, aumentó en más de 30%, debido a cuadros de estrés o ansiedad. 

¿Cuáles son los riesgos de la automedicación y cómo pueden afectar en el trabajo?

Ya sea de forma autoadministrada o por prescripción, pueden darse un consumo excesivo de benzodiacepinas, opiáceos y anfetaminas, esto puede provocar:

• Somnolencia y dificultades de concentración.
• Inquietud y temblores.
• De forma excepcional, pueden provocar agitación.
• Dependencia en el mediano y largo plazo.
• Mayor tolerancia, por lo que necesitarás aumentar la dosis para lograr el mismo efecto.
• Síndrome de abstinencia al interrumpir uso (malestar general). 
• Y en casos de exceso de consumo provocar sobredosis, y con ello depresión respiratoria y/o la muerte.

¿Qué deberían hacer los trabajadores?

• No te automediques cuando sientas malestar, dolor, ansiedad o cansancio.
• Cada tratamiento es individual, hay factores que deben ser evaluados por un especialista.
•  No consumas medicamentos recomendados por amigos o familiares.
• Considera siempre la receta y la opinión de un médico.
• Tienes el derecho a conocer los efectos adversos del medicamento, averigua bien y lee los prospectos de todo lo que te receten. En ocasiones no te informan de los efectos secundarios posibles.

¿Qué pueden hacer las empresas?

Las empresas siempre deben apuntar al desarrollo de una cultura de prevención y considerar que una acción nunca es suficiente, por lo que deben implementar al menos estas tres iniciativas en forma paralela:

• Acciones de promoción y protección de la salud.
• Reducción de estrés y fortalecimiento del apoyo social.
• Minimizar el daño relacionado al alcohol y las drogas.
  

Si se percibe un problema mayor, es posible instalar procesos de “Intervenciones Breves”, una técnica de prevención que  ha demostrado ser efectiva en disminuir el consumo de riesgo y perjudicial de alcohol.